La indecisión, las dudas constantes, la falta de acción y la búsqueda de seguridad a través del control, son indicadores de un bajo nivel de confianza en nosotros mismos, y en la propia vida. La inseguridad, la desconfianza y los miedos nos limitan, nos desgastan, nos empequeñecen. 

En ocasiones, la sensación de control es similar a la de la confianza. Con ambas, nos podemos sentir seguros, sostenidos, preparados para lo que venga. La gran diferencia estriba en que la necesidad de control proviene del miedo, mientras que la confianza se asienta en la entrega, la esperanza, y el compromiso; estando íntimamente ligada a la autoestima, la honestidad y a la coherencia entre lo que pensamos, sentimos, y hacemos.

Cuando nuestra energía se focaliza en controlar todos los aspectos para obtener el resultado esperado, gastamos más recursos, le damos más poder al miedo y le abrimos la puerta al estrés. Viviendo desde el miedo amplificamos las dificultades. 

• Actuar a pesar de no tener la certeza absoluta de lo que va suceder, es confiar. 
• Mostrarnos vulnerables, ante nosotros mismos y ante el otro, es confiar. 
• Dejar a un lado el ego, los artificios y las máscaras, también es confiar. 

La confianza es la base sobre la que se impulsa todo proceso de cambio. Con confianza avanzamos, con el miedo nos estancamos; imposibilitándonos a pasar a un siguiente nivel donde existen escenarios que desde ahí no alcanzamos a ver. 

Con la confianza permitimos nuevas oportunidades. Hacemos transitables los caminos que poco antes teníamos acotados por nuestros miedos y creencias limitantes.

Confiar es entregarse a lo que venga, desnudos pero con recursos propios. Teniendo la convicción de que, pase lo que pase, experimentaremos y saldremos reforzamos.

La confianza no se gana ni se pierde por arte de magia, la confianza se construye y se destruye. La armamos y desarmamos nosotros mismos según la lectura que hagamos y el aprendizaje que extraigamos de las experiencias vividas.

La confianza en nosotros mismos y en el otro nos engrandece, nos empodera y nos impulsa a la acción. La confianza inspira y estimula. Nos acerca a la vida que queremos crear y a los resultados que deseamos. 

Vivir desde la confianza o hacerlo desde el miedo. Esa es la cuestión, ¿qué eliges tú?

Tips para aumentar tu Confianza: 

• ¿Cómo serías si confiaras? Hazte y responde esta pregunta cada vez que te sobrevenga el miedo. Tampoco se trata de eliminar esa emoción, te propongo actuar a pesar de ella y usarla a tu favor. 

• Revisa e identifica tus valores guía. Viviendo acorde a ellos ,cualquiera que sea el resultado, tendrás la satisfacción de haber actuado en concordancia con lo que para ti es importante. 

• Disfruta de cada paso del camino, enamórate de él. Comprende y ama tu propio proceso. 

• ¡Usa tu creatividad! Imagina escenarios posibles y elabora planes alternativos, según las posibilidades y resultados que valores que pueden darse. 

• Entrena y sal al campo. La mejor manera de acrecentar tu confianza es sacándola a jugar. Además de ejercitarla generarás la confianza de los demás hacia a ti. ¡Pasa a la acción!

Comparte tu experiencia. Te escucho, te leo, estoy.